Guardia de la Muerte

Abriéndose paso por la batalla sobre un trío de unidades de orugas articuladas, el Myphitic Blight-hauler es un ingenio daemónico ligero que proporciona a la Death Guard potencia de fuego pesada allí donde la necesite. Parecido a una Bloat-drone a la que hubieran arrancado las turbinas, esta extraña máquina tiene armas pesadas montadas en su carcasa, y sus herrumbrosas placas de blindaje pueden soportar una cantidad de daño impresionante… al igual que sus áreas expertas de carne sebosa, que no parecen inmutarse ante los ataques.

Las podridas entrañas de las Great Unclean Ones rezuman pus y enfermedades, y en cada tumefacción les crece un pequeño y malévolo demonio llamado Nurgling. Cuando el Nurgling madura, se alimenta de la roña de la Great Unclean One y sale. Básicamente, un Nurgling es la personificación de una pústula que acaba de explotar. Sus pequeños dientes son tan afilados como cuchillas, causando mordiscos infectados en sus víctimas, aunque raramente las matan directamente, sino que uno de sus ataques suele conducir a una larga agonía hasta la muerte.

Hinchados de corrupción purulenta, los Plague Marines forman el pilar de la Death Guard y, a diferencia de otras Legiones Traidoras, sus números no han hecho más que aumentar con el paso de los milenios. Atados a Nurgle por sus juramentos, los Plague Marines tienen cuerpos pútridos y asquerosos que apestan a descomposición. El limo putrefacto que rezuma de sus úlceras les corroe la armadura y les quema la piel, pero a pesar de sus horribles desfiguraciones son guerreros temibles.

La Guardia de la Muerte son los mayores campeones del Dios de la Plaga, el abuelo Nurgle, sus favoritos esparcidores de sus generosos dones. Miradlos y veréis las señales: pus que se filtra de heridas supurantes que nunca se curan; nieblas miasmáticas de gas corrosivo y hediondo que cuelgan densamente en el aire dondequiera que Nurgle pise; las serpenteantes sanguijuelas y garrapatas que se agarran a su carne podrida; los miles de millones de moscas de plaga que pululan por los campos de batalla que acechan y las naves en que se desplazan por las estrellas.