Los Guardianes de los Secretos son seres de una inteligencia enigmática, terriblemente seductores y letales en combate, lo que los ha convertido en los mejores campeones de las legiones daemónicas de Slaanesh. Empuñan armas impías pero hermosas y canalizan las energías mágicas de la obsesión y el tormento para dejar tras de sí una estela tan elegante como grotesca en el campo de batalla.

Los Desangradores forman la base de las vastas legiones del Señor de la Batalla. Se cree que fueron los mejores servidores del Dios de la Sangre durante su vida mortal, y poseen una voluntad tan implacable y sedienta de sangre como el propio Khorne. Dotados de poderosos músculos, endurecidos tendones y motivados por un inigualable instinto asesino, los Desangradores son enemigos temibles.

Los Devoradores de Mundos son feroces guerreros transhumanos impulsados ​​por una necesidad imperiosa de dar rienda suelta a su brutalidad salvaje. Antaño una Legión leal al Emperador, hace ya mucho que decidieron seguir a su Primarca Daemon, Angron, y adorar al Dios del Caos Khorne. Ataviados con servoarmaduras corruptas con la iconografía de su dios oscuro y empuñando cuchillas sierra, se lanzan sobre el enemigo, descuartizando y desmembrando en un frenesí asesino.

La famosa banda de los Filos Despiadados está liderada por Lord Kaphrael, una figura cuya arrogancia solo es comparable a su destreza con las armas. Reta sus víctimas en duelo inflingiéndoles una muerte cruenta para así inspirar a su enérgica cohorte. Se hace rodear por seis Filos Impecables, por lo que pocos enemigos pueden resistir sus virtudes por mucho tiempo. Y si alguno lo logra, los Infractores se apresuran a cubrir estas brechas con una ráfaga de hojas envenenadas y proyectiles a bocajarro.

La Guardia de la Muerte avanza entre bancos de niebla, densas fumarolas de esporas y moscas zumbando alrededor. Bendecidos por Nurgle, el dios de la plaga, estos guerreros mutados son increíblemente resistentes, al fusionar sus cuerpos enfermos y tumefactos por la carne corrupta con las placas de su enorme armadura de batalla. Empuñan armas infectadas que desatan los siniestros poderes de la alquimia, la hechicería y el contagio sobrenatural para marchitar y arruinar a sus enemigos.

Sholgor el Pútrido es un Señor de la Virulencia que lidera a su desvencijada banda de la Guardia de la Muerte a la batalla rodeado por una escolta de Exterminadores Sudario de Muerte, avanzando de forma implacable mientras sus tumefactas fuerzas de Marines de Plaga disparan andanadas fulminantes con el apoyo de sus corruptos Rhinos. Entretanto, Séptimol Fulg, el Cuentaplagas, va tomando nota de su cosecha.

La mismísima Guardia de la Muerte de Nurgle venera a su tumefacta deidad con un deleite que contradice su aspecto sombrío, propagando fielmente sus contagios y cuidándolos con sumo afecto. Su adoración se halla en el ciclo de muerte, decadencia y renacimiento.

Un juego de 16 dados de seis caras con esquinas cuadradas para usar en partidas de Warhammer 40,000, con la temática de la Guardia de la Muerte. Están fabricados en plástico acrílico de color morado perlado con muescas en tinta verde y miden 16 mm de arista. Las caras del 1 al 5 están marcadas con los tradicionales puntos y la cara del 6 está adornada con el bendecido icono de la Guardia de la Muerte.

Solo en inglés.

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Los Sepulcros Malditos están inundados de energías de muerte. Son lugares de un enorme potencial nigromántico en el que cientos o incluso miles de almas sufrieron un trágico final cargado de violencia y terror. Tales sitios son de gran utilidad para los Necroseñores Pudrealmas, al contener copiosas cantidades de carne disecada y huesos amarillentos listos para engrosar las filas de soldados no muertos o remendar a los guerreros más dañados.

Los nobles vampiros de los Necroseñores Pudrealmas crean imperios de muerte para que satisfagan todos sus deseos, embelesando a los mortales y despertando a los muertos para sus guerras de conquista. Estos aristócratas inmortales trabajan sin descanso para expandir sus dominios, pues solo encontrarán satisfacción cuando la noche caiga sobre los Reinos Mortales y los bañe en sangre.

Con aguda certeza, el Gladiator Lancero selecciona la armadura enemiga más pesada para que su láser perfore agujeros abrasadores sobre el casco. El alcance de su cañón pesado es tal que puede eliminar amenazas para los Marines Espaciales incluso antes de que se interpongan en su camino, ignorando restos en llamas para hacerse con su objetivo.

Los ejércitos de los Devoradores de Mundos son hordas poco sutiles de guerreros frenéticos, daemons babeantes y cultistas enfurecidos, a duras penas organizados como fuerza de combate. Se lanzan al combate sin planear demasiado la táctica, intentando simplemente derramar la mayor cantidad de sangre posible para su deidad.