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Cada Emisario Norn es una bestia creada con un objetivo en mente, engendrada por su Reina Norn para conseguir una cosa y una cosa solo, ya sea dar caza a un comandante estratega excelso, secuestrar un ser-presa de altos conocimientos o cualquier otra cosa que se le antoje a su señora. Estos enormes heraldos de la Mente Colmena combinan un aterrador potencial psiónico con velocidad, inteligencia y fuerza monstruosa, lo que garantiza que el Emisario Norn siempre esté a la altura de su cometido.

Considerados como especialmente bendecidos por los Dioses Oscuros, los Caballeros Abominables están impregnados del poder de la disformidad. Desatan esta fuerza arcana en oleadas mortales, corrompiendo y mutando a los que están cerca, e incinerando a los enemigos lejanos con ráfagas de energía volkite. En combate, agitan apéndices deformados y forjados por la disformidad, aplastando todo lo que permanece impoluto.

Los Ángeles Sangrientos prefieren los ataques cuerpo a cuerpo, donde pueden aprovechar su velocidad, gracia y destreza. Los Intercesores de Asalto forman la columna vertebral de estas fuerzas, equipados para el combate cuerpo a cuerpo pero versátiles por naturaleza. Cuando la Guardia Sanguinaria se suma a ellos, se convierten en un enemigo letal.

Con un conocimiento proscrito de los misterios más profundos de las máquinas, los Herreros Disformes mantienen el arsenal de vehículos blindados de su banda, potenciando los motores con salmos de código corrupto. Unidos a un nido retorcido de mecadendritas semiinteligentes, buscan no solo emplear la tecnología para sus fines diabólicos, sino subyugarla por completo.

Fuerza de batalla de Adepta Sororitas.

Los Vástagos Tempestus son fuerzas especiales de élite del Astra Militarum, bien entrenadas en numerosos estilos de combate en la Schola Progenium, equipadas al más alto nivel y protegidas por un blindaje de caparazón reforzado. Preparados para una amplia variedad de misiones especializadas y para descensos aéreos en zonas de guerra que la mayoría considerarían suicidas, su armamento más común es un rifle láser sobrecargado con mira avanzada.

“El deber solo acaba tras la muerte”

Reclamar trofeos de guerra lleva siendo una práctica habitual entre las fuerzas vencedoras desde hace milenios. Sin embargo, lo que en el pasado eran recuerdos en forma de banderas, elementos decorativos, armas y otros artilugios, en la lúgubre oscuridad del 41.ᵉʳ Milenio son botines de guerra mucho más siniestros.

Los Aniquiladores proporcionan a las Legiones Traidoras fuego antiinfantería y antitanque devastador, y dominan grandes franjas del campo de batalla con una andanada castigadora tras otra. La emoción de hacer llover fuego pesado sobre las filas enemigas les hace arder tanto la sangre que muchos Aniquiladores se obsesionan con el poder que sus armas les proporcionan. Se ven como dioses del campo de batalla que envían a las alimañas del enemigo al olvido cada vez que flexionan el dedo.

Si te interesa el fuego de apoyo pesado, los Aniquiladores te ofrecen todo lo que necesitas y más, con variedad de armamento asesino con el que eliminar a tus enemigos, ya sean infantería o blancos blindados.

Los Venómtropos emergen de entre neblinas miasmáticas de esporas que expulsa su propio cuerpo. Sus tentáculos con forma de látigo gotean con multitud de venenos alienígenas. Son unas toxinas tan potentes que se cree que el mero contacto directo con un Venómtropo es capaz de provocar la muerte.

Los Aeldari luchan por la supervivencia de su imperio moribundo: su reino estelar está en ruinas y sus dioses han muerto. ¡Mas, ay de aquellos que los consideran débiles! Guiados por la incomparable clarividencia de sus videntes y por sus astutos generales, las huestes de guerra de los Aeldari utilizan una avanzada tecnología y la velocidad y agilidad naturales de sus guerreros para lograr la victoria y mantener a raya su destino.

Los Destructores Acechantes Canópticos merodean con inquietante gracilidad. Tanto si acechan en las armerías de sus señores como centinelas incansables o si proporcionan soporte de fuego móvil para las legiones necronas, los Destructores Acechantes aniquilan a quienes se atreven a oponerse a ellos con los disparos abrasadores de sus bláster del exterminio.

Todo cazador de orkos que se precie sabe que la manera más segura de lidiar con un Kaudillo en pie de guerra es azotarlo con artillería revientatanques desde la mayor distancia posible. Al ataviarse con una armadura megablindada a pistones, este Kaudillo se ríe en la cara de las argucias del enemigo, para horror de este.